sábado, 23 de abril de 2011

NO A LA PRENSA BASURA¡

lunes, 18 de abril de 2011

LA HIJA DEL LADRÒN,KEIKO LA LLAMAN





X CESAR HILDEBRANDT

El Perú tiene varias marcas mundiales en su haber.

La marca mundial del narcisismo idiota –categoría pecho y espalda, nado sincronizado, estilo mariposa-, por ejemplo. Narcisismo idiota que se expresa en la frase “Dios es peruano”, o en la creencia de que nuestra comida es insuperable, nuestros paisajes son únicos y nuestro folclore no tiene pares.

Los peruanos somos como los brasileños. Lo único que nos diferencia es que no hemos ganado cinco veces el campeonato mundial de fútbol ni hemos tenido a Ayrton Senna –para no hablar de la industria aeronáutica brasileña, del tamaño de su PBI y de las cualidades humanas y éticas de Lula-.

Lo curioso es que si un observador imparcial llegara a estas tierras y preguntara a la gente –la gente de este gran pueblo que se supone que somos- por quién votaría en las próximas elecciones, 22 por ciento de los que contestaran dirían: “Keiko Fujimori”. Y entonces ese observador se caería de espaldas.

Porque Keiko Fujimori Higuchi es hija del delincuente convicto Alberto Fujimori Fujimori -alias Kenya Fujimori, alias Presidente de la República, alias Pacificador y alias Su Excelencia-, merecedor de tres condenas que suman 38 años de carcelería efectiva.

Este ladrón que robaba en sacos, este asesino que empleaba armas del Estado, este peruano que se hizo japonés para eludir la justicia, este japonés que fingió ser peruano para gobernar, este cónyuge que encerró a su cónyuge cuando ésta lo denunció por robar donaciones japonesas, este resumen de todas las taras yakuzo-peruvianas que uno puede imaginar, es el padre de quien se perfila como la próxima mandataria de la nación (así, todo con minúsculas).

Y no es que la señora Keiko haya huido de su ADN ni de la maldición de la herencia. Porque la señorita Keiko estudió en Boston con dinero robado por su padre, felonía que ejecutaba Vladimiro Montesinos pero que mandaba hacer el propio Alberto Fujimori.

Y eso sería una mancha muy fea en cualquier país donde la decencia fuera un requisito para entrar a política.

No es una mancha, sin embargo, en el Perú. Porque en este país, de aparente enorme ego, se tolera todo.

Se tolera, por ejemplo, que el programa político de la señora Keiko se resuma en este grito clanesco: “¡indulto para mi papá!” (con lo que el Perú no tendrá una presidenta sino una alcaide y seremos, por fin, lo que Saravá siempre soñó que fuéramos: un vasto Lurigancho).

Porque si Dios es peruano, como dicen los huachafos, entonces Satanás también pasó por la Reniec.


Una cultura de la fugacidad. Alonso Cueto

Hace unas semanas, el New York Times hizo una lista de los objetos que están entrando en desuso, y recomendó a sus lectores que, si les era posible, pensaran en ir reemplazándolos. Entre estos objetos condenados a la hoguera de las novedades tecnológicas figuraban, a corto plazo, el teléfono fijo, la computadora de escritorio y, a mediano plazo, los celulares. Incluso el informe se permitía afirmar que un sistema tan antediluviano como el correo electrónico tenía poco tiempo de vida. En el mundo de la laptop, el smartphone, el Facebook y el iPad, estos sistemas son demasiado lentos y pesados para el deseo compulsivo de velocidad y de diversidad que nos gobierna. Estos nuevos objetos probablemente también serán considerados obsoletos dentro de pocos años, a favor de otros nuevos. Nuestra carrera hacia el presente es incansable y pocos o nadie puede decir que, al menos en parte, no la está corriendo.

Cuando uno compra un objeto tecnológico nuevo, compra la ilusión más importante de los tiempos modernos: la ilusión de la velocidad y de la ubicuidad. El objeto encierra la promesa de que va a abarcar más espacios y tiempos, de que gracias a él, uno puede ser más veloz y que va a estar conectado con más personas en más lugares. Cada objeto que contribuya a anular más tiempos y distancias, es decir, que ofrezca una versión más sintetizada del mundo, va a prevalecer. En un mundo marcado por la velocidad, solo los objetos portátiles, que se adosan al cuerpo, que se convierten en parte del cuerpo, tienen derecho a existir. Estos son los objetos que se cuelgan de nuestros cuerpos como un apéndice y se convierten, en cierto sentido, en nuestros sirvientes y en nuestros amos. Ya se anuncian dispositivos que se conectarán a nuestro sistema nervioso y que permitirán acceder directamente, cuando lo queramos, a una pantalla a través de nuestros ojos. Será entonces cuando llegue la era en la que no usaremos las máquinas sino que todos nosotros nos habremos convertido en una de ellas.

Comunicarse en la distancia, traspasar los tiempos y los espacios siempre ha sido una obsesión en los seres humanos. El primer objeto que se inventó para cumplir con este objetivo fue, sin duda, el libro. Cuando alguien publicaba un poema o un tratado de historia en el mundo antiguo, estaba intentando llegar a lectores que no conocía; es decir, buscaba trascender su entorno, su tiempo y espacio, y proyectar sus palabras.

Un artículo reciente de Gabriel Zaid, “Los demasiados libros”, nos ilustra sobre la actualidad de los libros. Hoy en el mundo, dice Zaid, se publica un libro cada treinta segundos. Si uno pudiera leer un libro diario, estaría dejando de leer cuatro mil publicados el mismo día. Se publican libros sobre nuestra especialidad, los cuales ignoramos y que obviamente siempre ignoraremos. Según dice Zaid, por este motivo, cada día somos más incultos. Sin embargo, habría que agregar que gracias a las facilidades técnicas de publicación, se publica y se desecha más que nunca. La enorme mayoría de los libros no duran sino unos días en las librerías, desde donde van al matadero de unas trituradoras que los desaparecen para siempre, cuando no son rescatados por alguna biblioteca compasiva. Pero una enorme cantidad de libros simplemente desaparece de la faz de la tierra, en los piadosos basureros o en el fondo de algún anaquel.

Los libros, que en alguna época de la historia fueron considerados sagrados, la fuente del conocimiento y de la sabiduría, la verdad sobre la vida por las antiguas religiones, han sido reemplazados, por lo tanto, por una avalancha de libros personales, en un mundo de la abundancia. Zaid cita a Karl Popper y su artículo “Los libros y el milagro de la democracia”. Para Popper la cultura occidental nace con la aparición del mercado del libro en Atenas, en el siglo V antes de Cristo. Desde entonces, y sobre todo con la llegada de la imprenta diez siglos después, el libro comercial se expande y se multiplica. Los libros empiezan a superponerse y a olvidarse. La invención del libro de bolsillo, un invento que los ingleses popularizaron en el siglo XX, fue un nuevo hito en el proceso de la gran proliferación. Desde hace algunas décadas, se publican libros sobre cualquier tema, en cualquier lenguaje, casi por cualquier autor. El concepto del libro como una fuente del conocimiento de la Antigüedad había desaparecido para siempre. Zaid cita a Samuel Johnson quien dice que “para convencerse de la vanidad de las esperanzas humanas, no hay un lugar más impresionante que una biblioteca pública.”





Aunque desde hace mucho se anuncia la muerte del libro, hoy hay más libros, y quizá también más lectores que nunca. En Estados Unidos, la televisión llegó, en 1960, al 88% de los hogares. Muchos anunciaron entonces que la televisión iba a eliminar el consumo de libros. Sin embargo, el número de títulos de ese año, recuerda Zaid, se duplicó, de siete mil a quince mil. Desde entonces, el número de libros publicados fue creciendo. Esto no es casual. En el primer siglo después de la invención de la imprenta se publicaron 35,000 ediciones. En el último medio siglo, se calcula que se han publicado 36 millones. Ni el cine ni la televisión, por lo tanto, han acabado con el libro.

¿Qué podíamos hacer con tantos libros? Hace pocos años, las bibliotecas de las universidades norteamericanas empezaron a destinar cantidades de presupuesto a construir nuevos pabellones para sus bibliotecas, y luego ante la avalancha de nuevas ediciones, empezaron a destruir sus periódicos y revistas, después de microfilmarlas, por falta de espacio. He conocido amigos que, obligados por sus coléricas esposas, empezaron a alquilar apartamentos solo para poner allí sus libros. Otros los han llevado a casas de sus comprensivas madres. He conocido gente que tenía bibliotecas en Lima, Estados Unidos y Europa. He entrado en algunas de esas bibliotecas donde apenas uno ponía pie, las torres y torreones de libros en el piso empezaban a temblar y a veces se caían provocando un estrépito de efectos sísmicos en el edificio. Llegó un momento, hace algunos años, en el que no podíamos seguir acumulando libros físicos. Era inevitable, pues, que ante la proliferación llegara la síntesis.

Y esa síntesis tomó la forma de una caja rectangular, con diferentes nombres comerciales. Uno de ellos es el Amazon Kindle. Este adminículo es todos los libros en uno, una cueva de tesoros que se abre al golpe de los números de una tarjeta de crédito, una lámpara de Aladino del sultán bibliómano. En cierto modo, el Amazon Kindle es un retorno al ideal del libro sagrado de los orígenes pues nos ofrece la idea de que es un resumen de todos los libros que se han escrito. Recuerdo bien el primer día que vi uno, hace uno o dos años, en una tienda de Miraflores, encerrado en una especie de urna, iluminado por dos reflectores. Todos sabemos que cuando uno compra un Kindle, ya adquiere cientos o miles de libros clásicos. Luego, basta apretar un botón para recibir una novedad en cuestión de segundos. Hace poco alguien me dijo que el Amazon Kindle recuerda al Libro de Arena, de Borges, donde las páginas pasan infinitamente, una tras otra, sin fin.

Esa lámpara de Aladino de los lectores, esa cajita mágica, libera a las palabras de su asiento físico y las hace flotar en el mundo virtual, siempre a nuestro alcance. Hace poco un amigo me dijo que estaba en una playa del sur de Lima hablando con alguien que le recomendó una publicación que acababa de aparecer en Londres. Mi amigo no hizo más que sacar su Kindle de la mochila, apretar los botones necesarios y en segundos tenía el libro delante de él, para leerlo mientras tomaba el sol. No es de extrañar por eso que la venta de los libros electrónicos haya aumentado en un 116% en los Estados Unidos, aunque aún representa menos del diez por ciento de las ventas anuales. Sin embargo, es probable que esta cifra vaya aumentando. En España, según datos de enero del 2010, la mitad de la población de catorce años lee en formato digital. Es probable que en los próximos años veamos cada vez más eBooks, aunque algunos románticos seguiremos comprando algunos libros que identificamos como objetos únicos y no como masas de letras compartidas.

Pero el Amazon Kindle no es acaso el verdadero libro sagrado de hoy. El libro sagrado de hoy, si cabe la expresión, no es el libro que escribe un autor y lee un lector. Es un libro en el que el autor y el lector son intercambiables y que está hecho para ser celebrado y olvidado. Todos escriben y todos leen, y al mismo tiempo, todos olvidan lo que acaban de escribir y de leer. Su tema no es una historia de ficción sino la historia menuda de cada uno, y sus frases son las frases de la abreviación y el dibujo. Ustedes adivinarán que me estoy refiriendo al libro de los rostros, el Facebook, donde podemos ver las caras de nuestros interlocutores, aunque lo que veamos realmente también sea su representación. El Facebook es el libro de la vida cotidiana, de la vida descartable, un diario compartido, un espejo múltiple que se refracta en muchas direcciones. En esa masa, los usuarios procuran sentirse parte de algo, por ello forman clubes y grupos. El Facebook crea grupos de seguidores en torno a cualquier cosa, personaje o idea: un cantante, un político, una mascota, un amigo. Hay grupos de amantes de un club de segunda división en Eslovenia o del unicornio verde en Zaire. Todo cabe en sus espacios sin espacio y en sus tiempos sin tiempo. Su verdad compartida es la de la vida cotidiana, lo que sus usuarios hicieron esa mañana, a qué concierto de rock planean ir y qué parejas se han unido esa semana. Es la cofradía de la vida cotidiana y es considerada una falta no estar integrado a ella. Mientras que las estadísticas muestran que cada vez se usa menos ese aparato antiguo llamado teléfono, cada vez se usa más el Facebook. Pero el Facebook no solo congrega y agrupa sino que también dispersa y se extiende. Busca agresivamente a sus nuevos usuarios, manda mensajes y correos diciéndonos que hace tiempo que no estamos en sus filas. Nos pregunta por qué no hemos entrado en su tribu y lo hace con la insistencia helada de las máquinas programadas.

A diferencia de otros libros, el Facebook se compone de fragmentos individuales que se hacen trizas apenas se leen. Es un "libro constelación" que se construye para ser destruido de inmediato. Es intenso y a la vez fugaz, centrífugo y centrípeto, y por eso mismo perecedero y descartable, pero siempre renovable. La emoción con la que los usuarios entran al Facebook todos los días se diluye por las noches y renace al día siguiente, cuando han olvidado casi todo lo que dijeron. El Twitter es una versión más abreviada, más extrema del Facebook, pero es esencialmente el mismo principio: un libro colectivo hecho de luces fugaces y olvidos masivos.

Creo que la lección esencial que extraemos del Facebook es que revela una cultura que vive bajo el imperio del presente. Ni la carga del pasado ni la responsabilidad del futuro, que son tiempos densos, pueden interrumpir el contacto fugaz del Facebook. Esta red social es una droga que nos ofrece el presente como un refugio para olvidarnos de todos los otros tiempos. El presente ofrece el paraíso de lo fugaz. Esta es la esencia del Facebook y del culto moderno.

Hace solo veinticinco o veintiséis años, algunos de nosotros aún escribíamos en las prehistóricas máquinas, en un tiempo en el que los celulares y las computadoras parecían objetos de ciencia ficción. Para repasar la velocidad y la fugacidad de nuestros tiempos, basta recordar un aparato tan antiguo (tiene ya treinta años) como el fax, que se popularizó en los años ochenta. El fax, que era una gran novedad, pronto se convirtió en un objeto antediluviano con la llegada del correo electrónico, el cual es, hoy en día, casi también obsoleto. Estamos en un tiempo de aparatos y sistemas cada vez mejor preparados para sustituir la realidad. En este mundo en el que se ha perdido la caligrafía, estamos unificados por las letras y las sílabas de las cavernas tecnológicas.

La realidad, ese gran referente, el inicio de todas las reflexiones desde la Antigüedad, parece ser un estorbo en nuestros tiempos. Nuestro gran objetivo parece el de anular la realidad para crear otra, una realidad virtual, en un sistema definido por la velocidad sin tiempo y sin espacio. Estos sistemas crean una nueva realidad. Baste saber, como ejemplo, que varios informes han señalado que un usuario normal de Facebook no conoce a la mitad de su grupo de amigos. Sin embargo, la ilusión del grupo se construye.

Hoy, el Facebook tiene seiscientos millones de usuarios, cuando hay solo cuatrocientos millones de usuarios de computadoras y doscientos millones de teléfonos celulares.

Esta sociedad de adictos ha creado adictos también a la basura de estos medios que nos acosan. Muchas personas nos dicen que no tienen tiempo para hacer nada, pero sí lo tienen para leer varias versiones de un escándalo mediático en sus aparatos o de navegar buscando chateos. Sin embargo, no me sorprende que en la era digital, todos se quejen de que no tienen tiempo. Los aparatos son, por definición, secuestradores del tiempo y del espacio. Hace poco el gran editor alemán Michael Kruger dijo que lo único que las máquinas quieren es que lo hagamos todo rápido. Como a Proust no lo podemos leer en dos días, las máquinas se molestan, acumulan mensajes no leídos, nos mandan recordatorios, nos piden que las usemos. Lo que quiere la cultura de la fugacidad es que a Proust lo leamos en un día, para pasar a otra cosa.

Una de las notas más constantes de la cultura de los medios de comunicación es la pérdida de la privacidad. Si George Orwell adivinó en su novela 1984 que el gran hermano iba a estar vigilándonos en nuestras casas, ha ocurrido todo lo contrario. Ahora los ciudadanos se vigilan unos a otros: todos son los grandes hermanos del otro. Nada es privado. Las estrellas de cine venden los derechos de transmisión de sus bodas, de sus partos, y a veces de sus peleas. Ni siquiera las actividades clandestinas –digamos, un robo– son privadas. Hace poco la actriz Lindsay Lohan fue captada por una cámara de vigilancia cuando robaba objetos en una tienda por un valor de dos mil dólares; la tienda luego vendió el video del robo a treinta y cinco mil. Por su parte, Jennifer López vendió en cientos de miles de dólares las fotos del nacimiento de sus mellizos, y pronto estaremos viendo en videos exclusivos partos y quizá copulaciones y agonías (alguna estrella podría vender sus últimos segundos en esta tierra, de preferencia con sus últimas palabras, para dejarle un sencillo a sus descendientes).

Pero una de las señales más distintivas de esta cultura de la fugacidad es la creación de un nuevo lenguaje. La exhibición de la intimidad es paralela a la del lenguaje subjetivo.

Un nuevo idioma escrito recorre el mundo: el idioma del Facebook y el Twitter. Este lenguaje escrito es intensamente subjetivo e imita al lenguaje oral. Lo más común es encontrar allí textos del tipo “toy en la pelu” y “no enkntro mi llave”; frases escritas desde el dormitorio, el baño o el aburrimiento. Uno de los más recurrentes es “x” y “q”, que juntos significan, como ustedes bien saben, “por qué”.

El lenguaje se ha hecho más corto y más rápido en la cultura de la velocidad a la que me referí al comienzo. Los usuarios escriben como hablan. La velocidad oral ha reemplazado a la lentitud de lo escrito. Si antes se escribía “No voy a poder ir a tu casa esta noche porque tengo que acompañar a mi madre”, el lenguaje del Twitter ha traducido esa frase como “Ta q no puedo weon tengo q tar en mi jato para ayuar mi vieja con unas waas.” En este caso, la expresión “waas” reemplaza a la tradicional “huevadas”, que parece ser demasiado compleja para el lenguaje del Facebook. En este lenguaje, un saludo tan simple como “hola” se ha convertido en “habla, uón”, y “chévere” se ha transformado en “chere”.

Uno puede chatear con varias personas al mismo tiempo, así que lo que cuenta es la pulsión del seguir tecleando para atender a muchos. Para eso necesitamos un lenguaje corto y rápido. En este lenguaje no hay adjetivos, ni adverbios ni mucho menos preposiciones o artículos. Esta pobreza del lenguaje es el resultado de un proceso que había sido ya anticipado por lenguaje el utilizado en los noticieros televisivos, cuyo vocabulario no supera las cien o doscientas palabras.

¿Qué significa todo esto? Que el lenguaje comprimido nos ofrece un mundo comprimido. El mundo se ha estrechado entre estos sonidos. Es, pues, también ligero, rápido, fugaz, descartable.

Este podría ser un ejemplo de lo que el ensayista Jean Baudrillard ha llamado el “santuario de la banalidad” de la cultura de la computadora. Según Baudrillard, si antes el espejo nos devolvía nuestra identidad, hoy la pantalla de la computadora la dispersa. Baudrillard piensa que estamos en una sociedad de la proliferación, que crece en una forma de metástasis, como el cáncer, sin que podamos controlar su crecimiento. La cultura virtual es la que ha creado este crecimiento desenfrenado, donde lo que cuenta no es la realidad sino la hiperrealidad, que marca el universo virtual. Vivimos en una sociedad proliferante que ha inventado un idioma de palabras y fragmentos mínimos que estallan para comunicarse de un modo tan masivo como rápido y fugaz. Es la vida subjetiva, la vida cotidiana, en el santuario disperso de todas las identidades, en el lenguaje común.

Este lenguaje tiene algunos nombres. Uno de ellos es el “amix”. El lenguaje de los “amix” es un lenguaje hiperreal que representa y sustituye al lenguaje propiamente dicho, así como las imágenes virtuales sustituyen a las reales. En este lenguaje, la contracción y la abreviación son mandamientos. Las siglas son esenciales. No hay que olvidar, además, que los requisitos de este lenguaje en las redes sociales también tienen efectos políticos. Una de las razones de la popularidad de un candidato peruano a la presidencia en estas redes ha sido que sus siglas quedaban bien, formaban un dactílico y parecían haber sido hechas para el lenguaje del Facebook. Ya ustedes sabrán a quién me refiero.

Todo lo que he dicho hasta ahora puede parecer demasiado sombrío. Tenemos que reconocer, sin embargo, que a veces encontramos una frescura y una sinceridad que puede resultar seductora en el lenguaje del Twitter y del Facebook.

Es obvio, por otro lado, que la tecnología del internet, por llamarla en un sentido amplio, nos trae innumerables ventajas, entre ellas, precisamente, la de la velocidad. No hubiera podido escribir este texto sin la información que tenía a la mano gracias a internet, por ejemplo. Debo reconocer también que desde que le sugerí al doctor Makowski el tema de este discurso, yo mismo, tratando de preparar esta conferencia, he hecho algo que nunca había pensado hacer: he abierto una cuenta en Facebook, donde he encontrado muchos mensajes que me habían dirigido sin que yo lo supiera. Solo espero poder salir algún día de allí para volver al mundo real.

Para terminar, creo que es obvio que la cultura de la velocidad, de la fugacidad, la carrera hacia el presente seguirá su curso, pero que siempre quedará, como siempre, un puñado de individuos que intentarán leer libros atendiendo a la belleza y a la profundidad del lenguaje, ya sea en libros digitales o físicos. Un informe del diario El País, llamado “Pienso, luego tuiteo”, aparecido el fin de semana pasado, nos dice que se ha creado en el Twitter una pasión por el aforismo. Hay, por ejemplo, un grupo de cultores del doctor Johnson, que tiene treinta mil de seguidores. Una enorme cantidad de nuevos creadores de aforismos aparecen en el Twitter, e incluso hay concursos sobre ellos. El escritor mexicano Juan Villoro ha creado su propio blog de aforismos y, de pronto, ha tenido once mil seguidores. En esta cultura de la brevedad, los escritores de frases y sentencias se han visto favorecidos. He leído un artículo en el que se señala a Montaigne como un precursor del Twitter. El aforismo es quizá el nuevo género literario del Facebook y el Twitter. Todo esto también me recuerda lo que me dijo un alumno de la Facultad hace poco: hoy ya nadie lee una novela de cuatrocientas páginas.

Por último, hay que recordar también que la jerga es un invento tan antiguo como el idioma y que muchas obras maestras no lo serían sin su contribución. Quizá esta jerga cibernética tenga un futuro literario. Bastaría recordar dos grandes novelas del siglo veinte: Viaje al fin de la noche y El cazador en el centeno, para reconocer los aportes de la jerga al lenguaje literario. Me pregunto si acaso hoy existe entre los jóvenes usuarios del Facebook algún sucedáneo de Céline o de Salinger, que escriba novelas capaces de introducir un nuevo lenguaje –espero que así sea–. No me imagino pasajes de Cien Años de Soledad o de Pedro Páramo en el lenguaje del Facebook. No me imagino leer, por ejemplo, el comienzo de Pedro Páramo en el lenguaje del Twitter: “Ta k vine a Com uscando a mi viejo, un tal PP.” Y sin embargo, a lo mejor es posible. Solo creo que quien escriba una novela con estas características tendría que ser alguien que ha crecido en esta época y sienta como natural ese “idioma”. Estoy seguro de que para los escritores de mi generación sería imposible escribir con este lenguaje.

Lo digo porque pertenezco a una generación de dinosaurios, que pensamos que el sujeto, el predicado y los complementos son partes de la oración; que escribir no es una actividad hecha para el presente y que hay una cierta belleza en la ortografía diversa y en el sonido y aspecto de cada letra; y también en las preposiciones, adjetivos y adverbios. Quizá somos una especie en extinción. En el futuro, es posible que nos reunamos en las cavernas para leer y comentar con otros catecúmenos lo que hemos leído. Nos llegarán noticias de cómo en el mundo de afuera se hacen transacciones comerciales en el lenguaje del Facebook, lo mismo que clases, y matrimonios y discursos de líderes mundiales escritos en ese lenguaje. Las personas que nos saludemos con frases tales como “¿Cómo has estado?” o “Buenos días” seremos figuras anacrónicas. Sin embargo, allí, escondidos en algunos lugares remotos, quizá en alguna caverna, muchos de nosotros nos juntaremos y seguiremos leyendo y conversando en frases enteras, acompañados de algunos libros, quizá incluso de algún Amazon Kindle. Leeremos por placer. Podremos comentar sobre los libros que estamos leyendo con otros amigos. Seguiremos leyendo y hablando y escribiendo. Por usar una palabra algo anacrónica, será una experiencia “chévere”.

domingo, 17 de abril de 2011

hugo chavez y alberto fujimori








. Por Antonio Zapata


Ollanta Humala ha sido señalado incesantemente como chavista y seguirá soportando esta acusación en la segunda vuelta. La mayoría de medios de comunicación se apoya en ese vínculo para sostener la supuesta vocación dictatorial del comandante. Esa idea se fundamenta en la famosa escena del 2006, cuando Humala y su esposa estuvieron presentes, en Venezuela, en una actividad del presidente bolivariano, que elogió al comandante peruano.
Pero, a lo largo de muchos años, Hugo Chávez fue un eficiente aliado de Alberto Fujimori. Incluso, Venezuela sostuvo a Fujimori en el marco de los países andinos, después de la ilegal segunda vuelta del 2000, contra los propósitos de la oposición democrática peruana.
Para aquel entonces, Chávez estaba comenzando su ruta hacia el poder total y afirmando su prototipo caudillista. Por ello, no le interesaba que los demás países del continente, a través de la OEA, supervisen la democracia tutelada de Fujimori. El razonamiento de Chávez era claro. Si bloqueaba el esfuerzo de la OEA por impedir la re-reelección de Fujimori, luego dispondría de autonomía para imponer su propia dictadura disfrazada con piel democrática.
Chávez decidió librar una batalla en el Perú para eventualmente ganar la carambola. Por su parte, si perdía era en piel ajena y no sufría demasiado en su tierra. Esa cercanía de Chávez con Fujimori había sido intermediada por Vladimiro Montesinos y tenía una larga historia. No había comenzado el día anterior.
Cuando Alberto Fujimori cerró el Congreso y el Poder Judicial, a través del autogolpe de abril de 1992, el presidente de Venezuela, entonces Carlos Andrés Pérez, protestó enérgicamente y lideró la postura contra el reconocimiento a Fujimori. Como consecuencia, el mandatario peruano se la tenía jurada a Pérez. Ese mismo año 1992, Venezuela sufrió dos golpes de Estado, ambos fallidos. Uno fue protagonizado por el mismo Hugo Chávez y el otro por oficiales seguidores suyos. Estos vinieron a refugiarse al Perú, fueron recibidos en Iquitos y Montesinos les consiguió asilo. Ese favor sería útil en la fase final del gobierno de 1990.
Así, en octubre del 2000, la Venezuela de Chávez otorgó una visa de cortesía a Fujimori. Ello fue visto como altamente inusual, puesto que los presidentes en ejercicio no requieren una visa de ese tipo, sino que usan la diplomática. Ante el barullo, Fujimori declaró en El Comercio del 11 de octubre, “Hugo Chávez es mi amigo personal y en algún momento voy a visitarlo un fin de semana”. En ese momento, Fujimori estaba preparando su huida al Japón y utilizó a Venezuela como cortina de humo. En ese juego, Chávez le dio la mano.
Por su parte, Montesinos jugó todas sus fichas en tierra de Bolívar. Después de su segunda fuga, esta vez en el yate “Karisma”, se escondió en Venezuela, en una operación mal hecha, seguida de cerca por periodistas y políticos de oposición peruanos y venezolanos. Especialmente la periodista Patricia Poleo lo buscó incesantemente, mientras las autoridades venezolanas negaban la presencia del ex asesor peruano en su tierra. Pero ahí estaba y la negativa solo aumentaba la sospecha. Era un secreto a voces que Vladimiro Montesinos estaba escondido con conocimiento del mismo gobierno.
Poco antes de que la prensa lo ubique, Montesinos fue entregado por Venezuela en junio del 2001. Ketín Vidal lo trajo y encerró en prisión. ¿Seguirá ahí por mucho tiempo? Quizá no, porque muchos fujimoristas son nostálgicos de los buenos tiempos del tío Vladi.

Algunos medios de comunicación no querrán acordarse, pero Humala no es el aliado principal de Hugo Chávez en nuestra historia política, sino Fujimori. El manto autoritario hermana al Perú de la década de 1990 con la Venezuela de los últimos años.

El mito del modelo intocable

El mito del modelo intocable
Por Humberto Campodónico




Presentamos extractos de la entrevista que dimos a “Hildebrandt en sus trece”, realizada por Juana Gallegos, Edición # 50, 8 de abril del 2010.

“¿Qué pasaría si cambiamos algunos aspectos del modelo económico, significaría que “nos vamos al abismo”?

Parto de dos premisas. Uno: una nueva relación entre Estado y mercado. La economía del Perú, a diferencia de otros países de América Latina, ha quedado sustentada en la preeminencia del mercado y de las inversiones, así en general. Dos: el tipo de crecimiento económico debe traducirse en la diversificación del aparato productivo. No podemos quedarnos como un país primario-exportador donde el 70% de las exportaciones son minerales y petróleo.

Debemos avanzar hasta invertir esta proporción. Se necesita un Estado que guíe la inserción del país en una perspectiva que nos haga más competitivos. Tenemos la más baja inversión en ciencia y tecnología, solo el 0,15% del PBI, mientras que en Chile es 0,80% y en Francia es 3%.

¿Qué sucedería si ponemos un impuesto a las sobreganancias?

Hay empresas mineras que tienen contratos de estabilidad tributaria y que están blindados por la Constitución. Solo pueden ser modificados por acuerdo de las partes, sin considerar siquiera la intervención del Congreso. Fíjese, la ganancia de las empresas ha crecido desde los 90 cuando empezó la inversión. El precio del cobre, por ejemplo, era 90 centavos de dólar por libra y ahora está en US$ 4,30. Ya recuperaron su inversión, no habría ningún problema en negociar con las mineras. Pero, claro, ninguna te va a decir que va a dar parte de su ganancia voluntariamente. Tiene que haber un gobierno con voluntad política para hacerlo y plantearles que el Perú necesita una mayor participación en la explotación de sus recursos naturales.

Es un mito que eso significaría romper con el modelo. Radical sería otorgar subsidios indiscriminados o controlar la tasa de cambio. Es más, parece que nadie se ha dado cuenta de que existe el óbolo minero y que, más allá de que se trata de un monto pequeño, es el reconocimiento de que hay una ganancia extraordinaria.

¿Qué pasaría si fortalecemos a las instituciones reguladoras del Estado?

Además de Osinergmin y Osiptel, mire lo que pasa con Indecopi: se ha bajado el IGV y los aranceles para las medicinas contra el cáncer y el sida y los precios siguen igual de altos. Los únicos ganadores aquí terminan siendo los laboratorios que ponen de pretexto que “en el país hay libertad de precios”. Entonces mejor que restituyan el IGV para que el Estado no deje de recaudar ingresos tributarios.

Mire lo que pasa con las AFP, que cobran lo que les da la gana por comisión. El nivel de ingresos que obtienen supera ampliamente sus gastos. Dicen que eso es así porque estamos en una economía de “libre mercado”. La Superintendencia de Banca y Seguros plantea un proyecto de ley para regularlos y responden “es un acto inconstitucional”.

Lo que el sentido común dicta a la gente es que, con este modelo, cuando la marea sube no suben todos los botes, suben algunos y no los de ellos. Respecto a las prendas dumping, es extraordinario que se importen ternos por 9 soles y los vendan a 92, hablando de un precio hipotético. En Colombia, por ejemplo, se ha establecido un precio mínimo de 12 dólares para un jean importado, venga de donde venga. Aquí hay prendas que entran a 80 centavos de dólar el kilo y no pasa nada.

¿Es ir contra el modelo revisar la Constitución del 93 respecto a todo aquello que significó desmantelar los derechos laborales?

No. No solo es la Constitución del 93. La Ley del Trabajo está congelada en el Congreso desde el 2003, por eso persisten las services, así como las amenazas cuando se forman sindicatos. Estudiar los artículos sobre los derechos laborales no significa ir
contra el modelo. Otra cosa sería volver a la estabilidad laboral tipo Velasco que impedía a las empresas despedir a cualquiera.

Sin embargo, sin sindicatos importantes los trabajadores no pueden proteger sus derechos, lo dice la OIT. Los que dicen que esto sería “retroceder” son los que, verdaderamente, están atrasados y persisten en escucharse solo a sí mismos, mirándose el ombligo”. ......


Desgraciadamente la derecha esta recurriendo al argumento mas infeliz, de la mentira sin argumento alguno y que un sector de la poblacion, lamentablemente joven no analiza las dospisiciones y solamente se limita adecir: nos van quitar todo, esdecir temen perder el todo de la nada que tienen, mientras que los dueños del Peru quieren seguir teniendo el todo de todo. Lo que importa explicar es que la Constitucion por que esta no fue producto de una democracia sino de una dictadura, pero eso tiene sus plazos y requiere de un consenso politico, y si esto no se logra sencillamente no se hara, pero la mentira mas grande es que se quiere para una reeleccion olvidande precisamente que eso es lo que hizo el fujimorismo, el gobierno mas corrupto que se tenga memoria, que los jovenes recuerden.

sábado, 9 de abril de 2011

razones para votar por Ollanta



Dos razones para votar por Ollanta POR Eduardo Gonzalez-Viana

Los peruanos tenemos muchas razones para votar por Ollanta Humala, pero sólo voy a hablar de dos.

1) Votaremos por Ollanta Humala porque no queremos que otros nos digan por quién debemos hacerlo y por quien no.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, nos ha demandado que no votemos por el nacionalismo. Nos ha dicho que Chile no tolerará que los peruanos elijamos a ese candidato.

Siguiendo a Piñera, el presidente del Perú condena que se vote por Ollanta Humala. Según él, los otros postulantes sí son elegibles puesto que continuarán con lo que el llama su sistema.

Como todos sabemos, hace cinco años el señor García- a través de su secretario- y el entonces presidente Alejandro Toledo- por intermedio de uno de sus ministros- solicitaron la intervención de los Estados Unidos contra el eventual triunfo de Ollanta Humala por supuestamente atentar contra los intereses de ese país. Es obvio que el embajador norteamericano prefirió mirar a otro lado para no mostrar su repugnancia ante tal actitud de servidumbre.

Esta arremetida llegó al paroxismo el día en que las encuestas revelaron el inminente triunfo de candidato nacionalista. En ese momento, nos llegaron todos los males del mundo.

Según la mayoría de los diarios y la TV, la pérdida de las inversiones, las variaciones de la Bolsa de Valores, el alza del precio de los alimentos e incluso tal vez la explosión en la central atómica de Fukushima son y serán las consecuencias de votar por Ollanta Humala.

Y sin embargo, votaremos de esa forma porque es una ofensa que se nos suponga títeres e incapaces, por rechazo a las imposiciones del presidente de Chile y a las amenazas del nuestro. Votaremos por amor propio, por autoestima, por dignidad, por decencia.

2) Votaremos así porque sabemos que, además del cáncer y del sida, hay una enfermedad más grave.

Un peruano respetable ha dicho que la alternativa de votar entre otra candidata y Ollanta supone tomar una decisión entre el cáncer y el sida. Existe, sin embargo, otra enfermedad que ataca a 11 millones de peruanos. Es la extrema pobreza.

Mientras el ocupante del palacio de gobierno anuncia que ya estamos entrando en el primer mundo, una de cada cinco familias sólo tiene un balde de agua en todo el día para cocinar sus alimentos y cumplir a medias con sus tareas de higiene personal.

En las ciudades de la costa, la miseria se mete en las casas del 21 por ciento de la población. En la sierra, siete de cada diez personas se van a dormir por la noche sin haber saciado el hambre.

Uno de cada cinco niños no sabe todavía lo que son el cáncer y el sida, pero tiene el vientre abultado, las mejillas hundidas y los párpados cansados de quien padece de desnutrición crónica.

Los maestros que educan a esos niños y los policías que los cuidan apenas sobreviven con sueldos que lindan la indigencia.

Tres de cada diez familias peruanas no tienen en su vivienda ni agua potable, ni desagüe ni electricidad.

Siete de cada diez automóviles que se deslizan por nuestras florecientes ciudades del “primer mundo” son taxis y dos son mototaxis. Quienes van al timón son peruanos que perdieron el empleo o no tuvieron jamás un puesto de trabajo debido al sistema neoliberal de los gobiernos Fujimori, Toledo y García. Puede ser que ellos sí sepan lo que son el cáncer y el sida, pero más saben lo que significa trabajar sin domingos en un país que no les ofrece seguro social ni servicios médicos.

El Perú es el primer productor mundial de plata, el segundo de cobre y zinc y el sexto de oro. Con mucho optimismo y mayor frivolidad se asegura que son los resultados del “sistema”, y que eso nos llevará al primer mundo. Lamentablemente, debido ese mismo “sistema”, la mayoría de los trabajadores no ve llegar a sus planillas los beneficios de tanto crecimiento.

En estas circunstancias, ni la Alianza Gana Perú ni su candidato plantean –como se ha dicho al satanizarlos- un gobierno similar al de otros países, sino van a impulsar reformas para hacer más democrática a la sociedad y emprenderán una profunda reforma tributaria, que obligue a los más ricos a pagar más impuestos, en particular a las transnacionales que se dedican a la exportación de minerales.

La miseria en que vive nuestra gente es la verdadera enfermedad del Perú. Lo ha sido desde los días en que la denunciaron y lucharon contra la sociedad que la produce peruanos tan valientes como José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre.

Olvidar la pobreza del Perú y mencionar con burla el cáncer y el sida sólo expresa amnesia, falta de solidaridad, egoísmo y carencia de amor. No vamos a votar contra la democracia. Vamos a votar contra la pobreza, y la vamos a derrotar. Vamos a votar por Ollanta Humala.


Uno de cada cinco niños no sabe todavía lo que son el cáncer y el sida, pero tiene el vientre abultado, las mejillas hundidas y los párpados cansados de quien padece de desnutrición crónica.


Los maestros que educan a esos niños y los policías que los cuidan apenas sobreviven con sueldos que lindan la indigencia.


Tres de cada diez familias peruanas no tienen en su vivienda ni agua potable, ni desagüe ni electricidad.


Siete de cada diez automóviles que se deslizan por nuestras florecientes ciudades del “primer mundo” son taxis y dos son mototaxis. Quienes van al timón son peruanos que perdieron el empleo o no tuvieron jamás un puesto de trabajo debido al sistema neoliberal de los gobiernos Fujimori, Toledo y García. Puede ser que ellos sí sepan lo que son el cáncer y el sida, pero más saben lo que significa trabajar sin domingos en un país que no les ofrece seguro social ni servicios médicos.


El Perú es el primer productor mundial de plata, el segundo de cobre y zinc y el sexto de oro. Con mucho optimismo y mayor frivolidad se asegura que son los resultados del “sistema”, y que eso nos llevará al primer mundo. Lamentablemente, debido ese mismo “sistema”, la mayoría de los trabajadores no ve llegar a sus planillas los beneficios de tanto crecimiento.


En estas circunstancias, ni la Alianza Gana Perú ni su candidato plantean –como se ha dicho al satanizarlos- un gobierno similar al de otros países, sino van a impulsar reformas para hacer más democrática a la sociedad y emprenderán una profunda reforma tributaria, que obligue a los más ricos a pagar más impuestos, en particular a las transnacionales que se dedican a la exportación de minerales.


La miseria en que vive nuestra gente es la verdadera enfermedad del Perú. Lo ha sido desde los días en que la denunciaron y lucharon contra la sociedad que la produce peruanos tan valientes como José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre.


Olvidar la pobreza del Perú y mencionar con burla el cáncer y el sida sólo expresa amnesia, falta de solidaridad, egoísmo y carencia de amor. No vamos a votar contra la democracia. Vamos a votar contra la pobreza, y la vamos a derrotar. Vamos a votar por Ollanta Humala.

OPINIONES SOBRE ELECCIONES EN EL PERÙ.DE LAS REDES SOCIALES

todas las voces todas

Poetas Populares E Inmortales Yo no sé por que da miedo Ollanta¿Porque no va a aumentar la Tuberculosis,como indica el enlace de La República del día de hoy?¿O porque los que más tienen sólo van a poder comprarse 3 y no 4 carros del año?¿O porque no se va a seguir regalando el país a Chile?
Si keiko gana la segunda vuelta8(LO QUE ESTOY 100% SEGURO)tengremos a Fuji y Vladi gobernando el país.pue PPK,el Apra ,Toledo han dicho que jamás permitirán que Ollanta llegue al poder.

Joselyn Vera Es una lastima q estemos en una situacion asi. Que Los mejores candidatos no se hayan unido para evitarle al pais elegir entre el cancer o el sida. Si este hubiese sido el bb de la historia del Rey salomon, tanto toledo Como PPK hubiesen aceptado q al ninio lo corten en dos y eso no es amor al Peru

Joni Agurto Yo pienso que si PPK nos plantea convertirnos en un país de primer mundo y basa su campaña como un líder tercermundista, se contradice totalmente y desmerece su performance intelectual, faltándose respeto a sí mismo y a sus electores.

Alicia Vazquez Curti Y tendriamos al debil mental de Kenyi de congresista y a los tios ladrones de ropa tambien....

Lisset Esclatorre ‎...es humano o no? votaremos por un pais q permita espacios para el dialogo y la concertación? o por el extremismo fanatico q polarice nuestra sociedad aun mas con cuyes de colores o botas? o por el verdadero empobrecimiento cultural y social q nos pretende regresar la familia fujimontesinista? o por hacerle la camita a alan y cia. en el 2016? ...por quien votaremos? no creo, por que votaremos?!

MIREN LO QUE ENCONTRE, AÑO 1993, A YEHUDE SIMON EN LA CARCEL UN DISCURSO SOBONAZO COMO DIRIGENTE DEL MRT , A FUJIMORI( QUE NO LO INDULTÓ)...ESTE ES UNO DE LO QUE RODEAN A PPK....QUE LINDA GENTE...LO QUE SORPRENDE ES LA FACILIDAD CON QUE CAMBIA DE BANDO...MRTA, DESPUES EL APRA O ALAN, DESPUES PPK....

Elizabeth Martinez Sosa
‎... No me amendrentaré por la INTOLERANCIA de muchos que pretenden decirme que mi decisión está equivocada, que mi opción es fatal... no, porque es mi voto y MI VOTO VALE IGUAL QUE EL DE CUALQUIER CUIDADANO, HERMANO, AMIGO!!! Votaré por Ollanta y no me averguenzo :) Vamos Nicolás Lynch 4 - Javier Diez Canseco 12!!

Maoli Mao
El verdadero cuy es peruano: ¡PPK go home! El APRA apoya a PPK y las razones resultan obvias: Toledo es antifujimorista y anti-aprista. Durante toda la campaña electoral Alan se dedicó a hablar mal de Toledo, a rebajarlo ante la opinión pública con sus comentarios tendenciosos...

Gianna Castellano Dreher
El único que tiene la opción de pasar a la segunda vuelta de los tres candidatos democrátas es PPK!!!*(Candidatos demócratas = PPK, Castañeda, Toledo)

Rogelio Benjamìn SI NO CREEN EN TOLEDO , POR QUE CREER ENTONCES EN SU SOCIO PRIMER MINISTRO DE SU GBNO PPK AHORA YA TIENE SENSIBILIDAD SOCIAL AHORA SI VA A SOLTAR DINERO PARA LOS PROGRAMAS SOCIALES DARA SALARIOS JUSTOS Y ACABARA CON LA EXPLOTACION DEL CAS Y SERVICES ? ESE SERIA EL GRAN CAMBIO CASI UN TRAVESTISMO

el útero de marita
salió Ipsos Apoyo. confirma CPI (busquen en Google). si su voto es estratégico, vayan por el cuy (ya sé que no gana en segunda vuelta contra Humala, pero al menos se podrá seguir peleando; si no, se acaba mañana). avisen
de Augusto Oshiro Kanashiro, el Sábado, 09 de abril de 2011 a las 22:30
Se han guardado los cambios.

Mas del 95% de los congresistas, nunca han trabajado en el sector privado, por lo tanto nunca han trabajado. Señores electores les sugiero que el 10 de Abri ...l, no elijan a ningun politico tradicional, para ver hasta cuando le alcanza el dinero, y luego ver su competencia laboral en el sector privado, en la cual siempre hay un mecanismo de control laboral. Este mismo mecanismo debemos pedir para el poder ejecutivo y legislativo y veran que el paìs progresarà. La soluciòn esta en pedir a los candidatos que en sus propuestas contemplen el mecanismo de control, mediante la REFORMA DEL ESTADO

Carlo Arrieta
No a Keiko. No a esta marrana que no ha trabajado en toda su vida. Una secretaria practicante tiene mas curriculum que ella.

jueves, 7 de abril de 2011

LAS PELÌCULAS DE NUESTROS QUERIDOS CANDIDATOS

LA DEL CHOLO DE CABANA





PARA EL CACHACO DE MADRE MÌA




PA EL MUDO COMUNICORE



PARA LA CHINA becho abacho



PARA EL GRINGO LOBBYSTA




HILDEBRANDT en LA MULA

1 EN LA TV TIENES QUE CENTRARTE EN EL RATING CAER EN LA INDIGENCIA INTELECTUAL



2 OLLANTA PODRÌA SER LULA UN CAMBIO QUE NO TE LLEVA AL ABISMO




3 NO AL MIEDO




4 SOBRE EVO MORALES,PPK,TOLEDO--





5
DERECHA PERUANA BRUTA

El voto de los descontentos




El voto de los descontentos


Oscar Dancourt[1]

Refiriéndose a la intención de voto por Humala, García ha dicho que solo un votante de cada cuatro está descontento con el modelo económico. O sea, los votantes de Toledo o Fujimori o Castañeda serian partidarios convencidos de este crecimiento económico que va acompañado de una casi nula redistribución de ingresos desde arriba hacia abajo a través del presupuesto público.




Si García tuviera razón, dos de cada tres no desaprobarían su gestión, a pesar de que la economía peruana ha crecido en la última década más que el promedio latinoamericano y con una menor inflación. Si García tuviera razón, la campaña electoral actual y el reciente debate entre los 5 candidatos principales no habría girado sobre algunas claves de esa redistribución de ingresos desde arriba hacia abajo que es una función básica de un estado moderno. Mejor salud y mejor educación para las clases populares, más y mejores programas sociales, pensión de jubilación para la mayoría que no la tiene, etc. Cosas que cuestan dinero: 3% del PBI anual, según algunos cálculos. Ciertamente, sin un aumento de la recaudación tributaria y mayores impuestos a las empresas mineras no se podrá financiar este gasto público extra. Eso fue lo que prometió García para ganar las elecciones en el 2006 y fue justamente lo que no hizo: redistribuir. El impuesto a las sobre ganancias se convirtió en el óbolo minero y de allí saltamos al perro del hortelano.Si García tuviera razón, el tema de la generación de suficientes empleos modernos con buenos salarios no habría sido importante en esta campaña electoral. No por casualidad, los arquitectos de la publicidad electoral de los principales candidatos se han dirigido a la masa de votantes con una idea central similar: queremos un crecimiento económico más inclusivo, más justo, etc.



La campaña electoral hasta ahora ha sido una lucha por el voto de los excluidos del modelo económico. Humala ha tenido la estrategia más efectiva y más radical para captar esos votos pero no es el único que se ha planteado hacerlo. A Toledo le fue muy bien en la primera parte de su campaña que estuvo centrada en esa redistribución de ingresos. El plan de gobierno de Castañeda dice “primero los que menos tienen”. Keiko Fujimori habla de un crecimiento para todos. Y hasta PPK propone subir el salario mínimo legal, aunque el y sus economistas crean que este remedio es peor que la enfermedad.


Como ha dicho Jorge Bruce en su columna, “es porque sucesivos gobiernos han sido incapaces de atender las demandas y necesidades de los más desprotegidos, en pleno boom de crecimiento macroeconómico, que nos encontramos en esta encrucijada (electoral). (…) las elecciones son el medio más eficiente para reparar en todo aquello que debió hacerse (…) y no se hizo. Si suprimimos esta notificación quinquenal, lo único que habremos logrado será negar la existencia de millones de peruanos que viven en condiciones inhumanas y carecen de oportunidades para competir en igualdad de condiciones”.


Cada cinco años, la democracia iguala a los desiguales. Si el país es todavía un mar de pobreza con islas de riqueza y crecimiento económico, eso se reflejara en las elecciones. Parece pues que García esta equivocado y que los excluidos son todavía la mayoría, dos o tres de cada cuatro electores. En 15 años quizás sean uno de cada cuatro o cinco electores, si hacemos que eso ocurra.



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[1] PUCP, Departamento de Economia

domingo, 3 de abril de 2011

El verdadero autoritarismo

Las condiciones que preceden a la implantación de regímenes autoritarios o dictatoriales generalmente son crisis agudas provocadas por diversos factores, que dan la sensación de inviabilidad en determinado país. Sucedió con Fujimori en 1992, Pinochet en 1973, o Uribe a inicios del presente siglo.

En contraposición, cuando existen condiciones de relativa mejora en los indicadores económicos y sociales de un país, pero en el marco de un modelo poco redistributivo, la llegada de gobiernos más a la izquierda permite avanzar en la universalización de derechos y acceso a servicios básicos, sin descuidar algunos fundamentos necesarios en la economía.

Lula tuvo que vencer una situación parecida a la que hoy enfrenta Ollanta, en el sentido de la satanización previa y posterior demostración de que un gobierno de izquierda puede reorientar el sentido del modelo neoliberal para iniciar una modificación de la lógica en la que el Estado se maneja, recuperando su esencial función pública.

El caso de Lula es clave en la historia latinoamericana reciente, ya que ejemplifica que el poder debe ser capaz de conjugar los diversos intereses en juego y no sólo los de algunos que indebidamente se benefician del crecimiento.

Responsabilidad única
Si bien toda elección implica un determinado riesgo, es necesario observar el contexto en que ésta se da, para así contrastar los dichos con la realidad. El Perú no presenta las condiciones para que se instaure un régimen autoritario de izquierda.

Factores como la fragmentación del futuro Congreso, una prensa en algunos casos independiente y en otros eco de la ultraderecha, un crecimiento económico sostenido, y un cúmulo de expectativas posibles en distintos sectores, hacen que una aventura autoritaria sea totalmente complicada de llevar adelante. Es más, si se tuviera la intención de crear un autoritarismo de izquierda, lo más probable es que ello sea el inicio del fin de ese gobierno.

La cercana experiencia del autoritarismo Fujimorista, abona también para que otra aventura de ese estilo se presente complicada. Los síntomas del autoritarismo, como los del gobierno que termina, serían detectados de inmediato por la oposición y los medios de comunicación.

Pretender conducir al país hoy de una forma vertical, sería una brutalidad imperdonable que terminaría con la posibilidad de cambio político y económico que una mayoría de peruanos exige.

Ollanta y los que lo acompañan, si la sociedad finalmente los respalda, deberán entender que sobre sus hombros acaso repose la responsabilidad más grande que un gobierno ha tenido en el país, debido a las condiciones tan favorables como antes no se han dado.

Autoritarismo normalizado
En todo caso, lo que sí es obvio es que luego de la caída de Fujimori, el germen del autoritarismo de derecha no ha desaparecido, al contrario se ha mimetizado en una supuesta defensa del orden y de la paz social.

Sin duda, si listáramos todas y cada una de las arbitrariedades que los gobiernos han cometido en la última década frente a la protesta social, frente a los líderes, periodistas o medios de comunicación incómodos, es claro que existe un autoritarismo normalizado que es tratado con el pétalo de una rosa por la mayoría de los políticos y medios de comunicación.

Si vamos a hablar de autoritarismo, sería una deshonestidad intelectual y periodística hacerlo para atacar una situación hoy inexistente dejando de lado las manifestaciones de éste en los últimos años.

¿Alguien imagina qué sucedería si un hipotético gobierno de izquierda en el Perú provocara la matanza de más de treinta peruanos como en Bagua, impulsara desde su prensa adepta la violencia, cerrara radios opositoras, abriera procesos judiciales al líder de la oposición y a periodistas independientes, violara el secreto bancario de sus adversarios como se ha hecho impunemente en el gobierno que termina?

Como vemos, la hipocresía hoy no tiene límites y se hace llamar defensora de la democracia.


Alexandro Saco

viernes, 1 de abril de 2011

PPKAGADAS no no no no






<
















CANCIONES PARA NUESTROS QUERIDOS? CANDIDATOS

KEIKO FUJIMORI



ALEJANDRO TOLEDO



OLLANTA HUMALA




LUIS CASTAÑEDA






PPK




NORIEGA SALAVERRY




HUMBERTO PINAZO