viernes, 18 de septiembre de 2009

Progresismo y neoliberalismo

Raúl Zibechi
La Jornada
17 de julio 2009




Es cierto. Las derechas latinoamericanas han aprendido de errores y fracasos del pasado reciente, están adecuando nuevas tácticas y preparan ofensivas que pretenden retrotraer la situación del continente al periodo anterior a los triunfos populares de comienzos de este siglo. Aspiran a instalar gobiernos conservadores, quitar de enmedio algunos aspectos molestos para la dominación de las elites y dejar el camino libre para cercar y aniquilar a sus verdaderos enemigos: los movimientos sociales populares. La resolución de la crisis en Honduras será una prueba de fuego. La consolidación de los golpistas, como ha señalado Fidel Castro, puede alfombrar el camino a regímenes autoritarios.

Sin embargo, una parte sustancial de los análisis miran en exclusiva sólo una parte del escenario, la que conforman los gobiernos, dejando de lado el hecho decisivo de que han sido y siguen siendo los movimientos de los de abajo los capaces de modificar a fondo la relación de fuerzas. Incluso en Bolivia, donde se han producido los mayores avances en un sentido antineoliberal, ha sido la movilización popular, junto a la decidida acción del gobierno de Evo Morales, la que puso en retirada a la oligarquía de Santa Cruz en septiembre del año pasado. Fue el cerco multitudinario a la ciudad dominada por los fascistas lo que modificó las cosas. No hay cambios profundos sin el concurso de los de abajo organizados en movimientos. Colocar el foco del análisis en los gobiernos supone dejar de lado nada menos que la parte decisiva de la realidad, por lo menos desde una mirada antisistémica.

Por otro lado, parece necesario comprender que la ofensiva de la derecha es consecuencia, en buena medida, de las políticas de esos gobiernos progresistas, de la continuidad y profundización del neoliberalismo, de su incapacidad para torcer el rumbo del modelo de acumulación vigente. La elección de José Mujica como candidato del Frente Amplio en Uruguay es un hecho auspicioso y positivo, pero no debe olvidarse que fue ministro de Ganadería y Agricultura durante cuatro años, un periodo de notable expansión de los monocultivos de soya, libres de impuestos, al contrario de lo que sucede en Argentina. Un mínimo balance de casi una década de progresismo en la región supone abordar por lo menos cinco aspectos.

Uno. Hasta ahora, el progresismo ha sido relativamente exitoso en el rediseño del mapa regional, y muy en particular en la autonomización de Estados Unidos. La creación de la Unasur y del Consejo Sudamericano de Defensa son hechos que afianzan al subcontinente como una fuerza política con voz propia. La creación del Banco del Sur también podría ser parte del mismo proceso, aunque la iniciativa demoró mucho en ponerse en marcha y aún tiene alcances muy limitados. Otros proyectos, como el Gasoducto del Sur, han quedado en el camino. Y se está implementando la IIRSA, la mayor iniciativa de construcción de infraestructura que no hace más que consolidar el libre comercio, generando grandes desigualdades entre países y regiones, con consecuencias muy negativas sobre el medio ambiente y los pueblos indígenas.

Dos. El modelo neoliberal, una vez superada la fase de las privatizaciones, se asienta en la minería a cielo abierto, los monocultivos de soya y caña de azúcar para biocombustibles, y en el complejo forestación-celulosa. Los gobiernos progresistas apoyan con fervor ese modelo y no muestran la menor intención de frenarlo. No sólo el gobierno de Lula, que está permitiendo un avance espectacular de las multinacionales sobre la Amazonia, sino también el ecuatoriano de Rafael Correa, que ha reprimido la protesta indígena y popular contra la minería. Argentina muestra cómo no frenar los monocultivos de soya fortalece a la derecha, que obtiene más poder económico y político. Este es uno de los aspectos más negativos del progresismo.

Tres. Los planes sociales no son “conquistas” sino nuevas formas de dominación sobre los más pobres, los llamados excluidos o marginados. Alrededor de 100 millones de personas son beneficiarias de planes que alivian la pobreza, 50 millones sólo en Brasil. Son menos pobres, sí, pero no tienen derechos universales sino apenas prestaciones, que las derechas no pretenden cortar porque han mostrado ser beneficiosas para la estabilidad política, toda vez que hacen más difícil la organización de los de abajo. Es cierto que con los gobiernos progresistas la represión es mucho menor que con los gobiernos conservadores, pero en gran medida ello es posible por la cooptación y domesticación que auspician los planes sociales. La desmovilización de abajo beneficia a las derechas.

Cuatro. La fase actual del modelo de acumulación, incluyendo la llamada crisis económica, impone drásticas medidas para cortar en seco la especulación financiera, las fusiones entre megaempresas como la sucedida en Brasil entre Sadia y Perdigao, y el impulso a la organización y la lucha de los de abajo. No puede haber cambios de fondo sin modificar la distribución de la riqueza. Por el contrario, en la mayor parte de los países de la región no se registran cambios en la desigualdad. Un reciente estudio difundido por el Ministerio de Desarrollo Social de Uruguay reconoce que, pese a los planes sociales y el notable crecimiento económico de los últimos años, disminuyó la pobreza pero la desigualdad es mayor aún que antes de la crisis de 2002.

Cinco. No hay salida del modelo neoliberal sin crisis política y social. Son demasiados los intereses en juego, y no son pocos los aliados de los de arriba entre las clases medias, como para pensar que se puede salir del modelo con paz social, sin una potente lucha de clases como la sostenida por los de abajo en Bolivia y Venezuela. Muchos progresistas en el gobierno le temen a una crisis política y tratan de evitarla. Eludir lo inevitable conduce a la derrota, y no tiene gracia culpar de ello a la impaciencia o inmadurez de los movimientos. Los pueblos amazónicos de Perú y los indígenas de Colombia nos muestran un camino.

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jueves, 17 de septiembre de 2009

EL ENDORRACISMO.CHOLO SOY.CHOLO SERÀS

APUNTES SOBRE EL RACISMO PERUANO

AUTORRACISMO :




-Es el racismo ejercido contra el que es parecido a uno. Es el que se da entre iguales(EN EL CASO PERUANO
ENTRE MESTIZOS EN GENERAL).No es contra el que es diferente,EL OTRO-no está vinculado a
Xenofobia alguna -,sino entre iguales.

-la cultura negra,indigena,chola son culturas débiles,no tienen líderes.Por tanto LA IDEOLOGIA DE
DOMINACIÓN ES LA BLANCA-OCCIDENTAL que es afianzada por los medios de comunicación y
La publicidad que han invisibilizado,marginalizado,exotizado todo aquello no-blanco

-Se da por la incorporación en nuestras mentalidades de estereotipos negativos acerca de
las supuestas “razas inferiores”

-el racismo en el Perú es un problema histórico negado ligado a la herencia colonial de relaciones sociales

-el endorracismo es expresado en el interes por “blanquearse” de los DISCRIMINADOS .La idea básica
sería la de RELATIVIZAR el racismo a través de compensaciones como el dinero, la educación, el hedonismo

-se acepta que hay racismo pero no se acepta el propio racismo

-obviamente la AUTOESTIMA COLECTIVA se encuentra por los suelos por que muy complejo que una sociedad se desarrolle si los ciudadanos se juzgan por sus rasgos físicos negativamente


-en ningún país el racismo se ha superado con un Estado pasivo. Se deben exigir políticas públicas de combate
a las prácticas discriminatorias con fuertes sanciones a los infractores y una campaña educativa arrasadora
-preguntas al viento :¿por qué estamos llenos de discursos prejuiciosos?
¿cuándo somos racistas ,ante quién ,para quién,por qué

¿ POR QUÉ NOS ES TAN DIFÍCIL SALIR DEL AMBITO DEL ESTEREOTIPO?

LOS MEDIOS EN EL PERU

La Televisiòn es el absoluto y obsecuente parlante de la clase dominante y del poder económico,donde el pensamiento único neoliberal de una minoría se impone sobre las mayorías,a toda la sociedad.Se vive pues en una dictadura mediàtica en una supuesta democracia.
En el caso del Perú ¿hay verdadera Libertad de Prensa?.Bueno,generalmente los medios se llenan de dinero de todos los gobiernos corruptos de los que de una forma u otra son aliados.


En el Perú no tenemos alternativas por que casi todos los massmedia son de derecha,tradicionales,conservadores ,neoliberales-salvo honrosas excepciones- como el diario LA PRIMERA ,RADIO CIELO o algunos espacios aislados y maltratados por la publicidad como el programa de César Hildebrandt en tv o radio,y otros publicaciones clandestinas o caletas- Visto así parece que los ciudadanos no tienen derecho a elegir libremente lo que quieren si no lo que les imponen los grandes poderosos para neutralizar sus ideas y dominarlos sùtilmente .

A PEDIDO DEL PÙBLICO UN POQUITO DE ROCK CLÀSICO



























y un gran final

sábado, 12 de septiembre de 2009

GRANDES ESCENAS DEL CINE :CRIA CUERVOS,CARLOS SAURA

-QUIZÀ UNA DE LAS ESCENAS MÀS NAIF,PERO TAMBIÈN MÀS FASCINANTES Y TIERNAS-

ANA CREE TENER PODER SOBRE LA VIDA Y LA MUERTE DE LOS QUE VIVEN CON ELLA.
EN UN AMANECER EN CIRCUNSTANCIAS EXTRAÑAS MUERE SU PADRE,ANA SE CREE RESPONSABLE DE ESA MUERTE.CREE TENER OTRO PODER REVIVIR A SU MADRE MUERTA HACE AÑOS CON LA QUE REVIVE UNA RELACIÒN LLENA DE TERNURA.








“No entiendo como hay personas que dicen que la infancia es la época más feliz de su vida, en todo caso para mi no lo fue y quizás por eso no creo en el paraíso infantil, ni en la inocencia, ni en la bondad natural de los niños. Yo recuerdo mi infancia como un periodo largo, interminable, triste, donde el miedo lo llenaba todo, miedo a lo desconocido. Hay cosas que no puedo olvidar, parece mentira que haya recuerdos que tengan, tanta fuerza”


Mamá estaba enferma en su dormitorio. Yo entonces no sabía que tenía una enfermedad incurable, y que la habían traído del hospital solo para que muriera en casa.


Un día que estaba haciendo limpieza , sacó del armario una caja metálica. Me la dio, y dijo :

- Ana, tira esto a la basura. No conviene que esté aquí. Además, ya no sirve para nada.

Yo, intrigada, le pregunté : ¿Qué hay dentro?

- ¿Qué más te da?, me contestó.

- ¿Es veneno?, pregunté yo.

Mi madre sonrió y dijo :

- Sí, es un veneno terrible. Con una cucharadita de estos polvos puedes matar a un elefante. Y luego dijo :
- ¡ tíralo a la basura!

Me quedé muy impresionada. No sé muy bien por qué, me guardé la caja con el veneno sin hacer caso.
¿Quería matar a mi padre? . Esa es una pregunta que me he hecho cientos de veces. Y las respuestas que se me ocurren ahora, ahora con la perspectiva que dan los veinte años que han pasado desde entonces, son demasiado fáciles y no me satisfacen. Lo único que sí recuerdo perfectamente es que entonces me parecía el culpable de toda la tristeza que había embargado a mi madre los últimos años de su vida. Yo estaba convencida de que él, y sólo él, había provocado su enfermedad y su muerte.

Mi madre, por lo que me han contado las personas que la conocían bien, podría haber sido una buena pianista. Desde muy pequeña, mostró dotes excepcionales para la música, y todo el mundo le auguraba un porvenir prometedor. Durante varios años se dedicó intensamente y casi exclusivamente al piano, y hasta llegó a dar algún concierto público. Y fue en uno de ellos en donde conoció a mi padre. Se enamoraron, se casaron en seguida, y abandonó definitivamente el piano para dedicarse en cuerpo y alma a sus hijas, a nosotras.

Creo que siempre le quedó la añoranza de aquella época, y el resquemor de haber abandonado una profesión que podía haber sido liberadora para ella. Ahora, sin embargo, también pienso que, en el fondo, tuvo miedo de no ser tan maravillosa intérprete como le auguraban sus amistades. Y prefirió la comodidad de una vida organizada y sin complicaciones, al riesgo de una responsabilidad que no podía compartir.

Cría Cuervos / Carlos Saura