lunes, 31 de agosto de 2009

CARTA DE FREI BETTO AL COMANDANTE CHE GUEVARA

Carta al Che Guevara
Frei Betto*





La Jornada
11 de octubre de 2003

Querido Che:

Pasaron muchos años desde que la CIA te asesinó en las selvas de Bolivia, el 8 de octubre de 1967. Tú tenías, entonces, 39 años de edad. Pensaban tus verdugos que al enterrar balas en tu cuerpo -después de que te capturaron vivo- condenarían tu memoria al olvido. Ignoraban que, al contrario de lo que ocurre con los egoístas, los altruistas jamás mueren. Los sueños libertarios no pueden confinarse en jaulas como pájaros domesticados. La estrella de tu boina brilla más fuerte, la fuerza de tus ojos guía generaciones por las veredas de la justicia, tu semblante sereno y firme inspira confianza en los que combaten por la libertad. Tu espíritu trasciende las fronteras de Argentina, Cuba y Bolivia y, llama ardiente, aún hoy inflama el corazón de muchos.

Cambios radicales ocurrieron en estos 36 años. El Muro de Berlín cayó y enterró el socialismo europeo. Muchos de nosotros sólo ahora comprendemos tu osadía al señalar, en Argel -en 1962-, las grietas en las murallas del Kremlin, que nos parecían tan sólidas. La historia es un río veloz que fluye sin ahorrarse obstáculos. El socialismo europeo intentó congelar las aguas del río con el burocratismo, el autoritarismo, la incapacidad de extender a lo cotidiano el avance tecnológico auspiciado por la carrera espacial y, sobre todo, se revistió de una racionalidad economicista que no sentaba sus raíces en la educación subjetiva de los sujetos históricos: los trabajadores.




Quién sabe si la historia del socialismo no sería otra hoy si hubiesen prestado oídos a tus palabras: "El Estado a veces se equivoca. Cuando ocurre una de esas equivocaciones, se percibe una disminución en el entusiasmo colectivo debido a una reducción cualitativa de cada uno de los elementos que lo forman y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes: es el momento de rectificar".

Che, muchos de tus recelos se confirmaron a lo largo de estos años y contribuyeron al fracaso de nuestros movimientos de liberación. No te oímos lo suficiente. Desde Africa, en 1965, escribiste a Carlos Quijano -del semanario Marcha, de Montevideo-: "Déjeme decirle, con el riesgo de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esa cualidad".

Algunos de nosotros, Che, abandonamos el amor por los pobres que, hoy, se multiplican en la patria grande latinoamericana y en el mundo. Dejamos de guiarnos por los grandes sentimientos de amor para ser absorbidos por estériles disputas partidarias y, a veces, hicimos de amigos enemigos, y de los verdaderos enemigos, aliados. Minados por la vanidad y por disputar espacios políticos, ya no traemos el corazón encendido por las ideas de justicia. Ensordecimos ante los clamores del pueblo y perdimos la humildad del trabajo de base y, ahora, esbozamos vagas utopías para juntar votos.

Cuando el amor se enfría, el entusiasmo disminuye su pasión y la dedicación decae. La causa, como pasión, desaparece, al igual que el romance entre una pareja que ya no se ama. Lo que era "nuestro" suena como "mío" y las seducciones del capitalismo minan los principios, transmutan valores, y si aún proseguimos en la lucha es porque la estética del poder ejerce mayor fascinación que la ética de servicio.

Tu corazón, Che, latía al ritmo de todos los pueblos oprimidos y expoliados. Peregrinaste de Argentina a Guatemala, de Guatemala a México, de México a Cuba, de Cuba al Congo, del Congo a Bolivia. Saliste todo el tiempo de ti mismo, incandescente por el amor que, en tu vida, se traducía en liberación. Por eso podías afirmar con autoridad que "es preciso tener una gran dosis de humanidad, de sentido de justicia y de verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolastismos fríos, en el aislamiento de las masas. Todos los días es necesario luchar para que este amor por la humanidad viva se transforme en hechos concretos, en gestos que sirvan de ejemplo, de movilización".

¡Cuántas veces, Che, nuestra dosis de humanidad se resecó calcinada por dogmatismos que nos inflaron de certezas y nos dejaron vacíos de sensibilidad sobre los dramas de los condenados de la Tierra! ¡Cuántas veces nuestro sentido de la justicia se perdió en escolasticismos fríos que proferían sentencias implacables y proclamaban juicios infamantes! ¡Cuántas veces nuestro sentido de la verdad se cristalizó en un ejercicio de autoridad, sin que correspondiésemos a los anhelos de los que sueñan con un pedazo de pan, de tierra o de alegría!

Tú nos enseñaste un día que el ser humano es el "actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad". Y que éste no es "un producto ya acabado. Los defectos del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que emprender un continuo trabajo para erradicarlos". Quizá ocurra que nos ha faltado subrayar con más énfasis los valores morales, los estímulos subjetivos, las ansiedades espirituales. Con tu agudo sentido crítico cuidaste de advertirnos que "el socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecen, muchas veces, de conocimientos y de la audacia intelectual necesarios para encarar la tarea de desarrollo del hombre nuevo por métodos distintos a los convencionales, pues los métodos convencionales sufren sometidos a la influencia de quien los creó".

A pesar de tantas derrotas y errores, tuvimos conquistas importantes a lo largo de estos 30 años. Movimientos populares irrumpieron en todo el continente. Hoy, en muchos países, están mejor organizados las mujeres, los campesinos, los trabajadores, los indios y los negros. Entre los cristianos, una parte sustancial tomó la opción por los pobres y engendró la teología de la liberación. Extrajimos considerables lecciones de las guerrillas urbanas de los años 60, de la breve gestión popular de Salvador Allende, del gobierno democrático de Maurice Bishop, en Granada -masacrada por las tropas de Estados Unidos-, del ascenso y caída de la revolución sandinista; de la lucha del pueblo de El Salvador. En Brasil, el Partido de los Trabajadores llegó al gobierno con la elección de Lula; en Guatemala, las presiones indígenas conquistaron espacios significativos; en México, los zapatistas de Chiapas impusieron un nudo a la política neoliberal.




Hay mucho por hacer, querido Che. Preservamos con cariño tus mayores herencias: el espíritu internacionalista y la revolución cubana. Una y otra cosa hoy se intercalan como un solo símbolo. Comandada por Fidel, la revolución cubana resiste el bloqueo imperialista, la caída de la Unión Soviética, la escasez de petróleo, los medios que intentan satanizarla. Resiste con toda su riqueza de amor y humor, salsa y merengue, defensa de la patria y valoración de la vida. Atenta a tu voz, desencadena el proceso de rectificación, consciente de los errores cometidos y empeñada -atendiendo las dificultades actuales- en volver realidad el sueño de una sociedad donde la libertad de uno sea la condición de justicia del otro.

Desde donde estás, Che, bendícenos a los que comulgamos con tus ideas y tus esperanzas. Bendice también a los que se cansaron, se aburguesaron o hicieron de la lucha una profesión en beneficio propio. Bendice a los que tienen vergüenza de confesarse de izquierda y de declararse socialistas. Bendice a los dirigentes políticos que, una vez que dejaron sus cargos, nunca más visitaron una favela o apoyaron una movilización. Bendice a las mujeres que, en casa, descubrieron que sus compañeros eran lo contrario de lo que proclamaban afuera, y también a los hombres que luchan por vencer el machismo que los domina.

Bendice a todos los que, frente a tantas miserias que debemos erradicar de nuestra existencia, sabemos que no nos queda otra posibilidad que convertir corazones y mentes para revolucionar sociedades y continentes. Sobre todo, bendícenos para que, todos los días, seamos motivados por grandes sentimientos de amor, a modo de tomar el fruto del hombre y de la mujer nuevos.






¡HASTA LA VICTORIA,SIEMPRE¡

LA MACDONALIZACIÒN DE LA CULTURA

"Toda sociedad tiene sus puntos débiles, sus llagas. Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte"
Michel Houellebecq,ESCRITOR


LA MACDONALIZACIÒN DE LA CULTURA ES EL ESTILO DE VIDA AMERICANO QUE TRATA DE
HOMOGENEIZAR AL PLANETA
SE MERCANTILIZA ABSOLUTAMENTE TODO.EL CIUDADANO DEJA DE SERLO PARA VOLVERSE
SÒLO CONSUMIDOR
LA CULTURA SE CONVIERTE EN OBSESIVAMENTE CONSUMISTA Y HEDONISTA
ES UN PROCESO NO NATURAL,INVENTADO POR LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES QUE NECESITAN
CREAR-INVENTARSE-NUEVOS CLIENTES
LAS EMPRESAS MCWORLD DETERMINAN GLOBALMENTE QUE SE PRODUCE,COMO SE PRODUCE ,
POR QUÈ SE PRODUCE Y PARA QUIÈN SE PRODUCE
LA IDEA ES QUE EL MUNDO SEA UN GRAN SUPERMERCADO PERPETUO DESPOLITIZADO Y HOMOGENIZADO POR EL CONSUMO
SU ESPACIO SON LOS GRANDES CENTROS COMERCIALE S Y LOS GÜETOS RESIDENCIALES.Y SU TALÒN
DE AQUILES LA POBREZA DE LAS MAYORÌAS Y EL GRAN DAÑO ECOLÒGICO QUE SE PRODUCE.
.........
A CONTINUACIÒN UNA ENTREVISTA AL RESPECTO:
La cultura del consumo, la "Macdonalización"

George Ritzer, sociólogo estadounidense, que propone un acertado análisis de la sociedad y como ésta se encuentra bajo los efectos de un sistema de control, centrándose en los cuatro pilares del capitalismo: eficacia, cálculo, predicción y control. La Vanguardia:






P: No le gustan las hamburguesas?

GR: No me gusta la macdonalización de la sociedad, la homogeneidad mundial que crean 30.000 McDonald's repartidos por el mundo y todas sus copias (Starbucks, Dunkin Donuts', Burger King...). Pero lo más importante no es eso.

P: Me lo temía.

GR: El modelo McDonald's se basa en una estructura de funcionamiento que ha influenciado nuestra manera de pensar.

P: ¿Y cuáles son sus principios?

GR: La eficiencia; la previsibilidad, es decir, que en cualquier parte del mundo sabes qué comerás; ofrecer cantidad a bajo precio, poniendo la atención en la cantidad en lugar de la calidad, y el control.

P:¿Qué tipo de control?

GR: A través de la tecnología controlan tanto a sus empleados como a los consumidores. La silla de McDonald's es un famoso ejemplo: intencionadamente incómoda, está diseñada para que la gente no aguante sentada en ella más de 20 minutos. Pero para mí lo esencial es la irracionalidad de la racionalidad.

P:¿?

GR: Son productos que crean problemas de saluda gran escala y dañan el medio ambiente.

P:Vayamos más allá.

GR: El consumo ha devenido un elemento crucial de la cultura de masas. Las compañías de este tipo crecen de manera exponencial y se han convertido en el corazón del desarrollo del capitalismo.

P: Modelo que ha conquistado el mundo.

GR: Las compañías necesitan expandirse, crear en todo el mundo hambre de consumir.

P:¿Ustedes, en Estados Unidos, han llegado ya al punto de saturación?

GR: Dos días después del atentado del 11-S, el alcalde de Nueva York pidió por televisiónque la gente saliera de tiendas, y al día siguiente lo hizo Bush. La economía de Estados Unidos se basa en el consumo.

P: ¿Qué ha sido de lo auténtico?

GR: Ha sido reemplazado por la copia. Vivimos en un mundo simulado y la gente prefiere la copia a lo auténtico.

P: Exagera.

GR: Uno de los viajes más populares en Estados Unidos con diferencia es a Las Vegas, donde lo que se visita son reproducciones de París, Venecia... A pocos kilómetros está el valle de la Muerte, un desierto que es emblema de Estados Unidos, pero nadie lo visita porque no hay nada que consumir.

P: ¿Por qué nos atrapa ese mundo?

GR: Hay una enorme cantidad de dinero invertido en la catedral del consumo. Nos han convencido.

P: ¿De qué?

GR: De que la felicidad la da el consumo. Pero es una falsa promesa. Todos sabemos que no recibimos del producto (coche, vestido o crucero) la gratificación tan esperada.

P: Entonces, ¿por qué seguimos comprando?

GR: La trampa es la alimentación del deseo. Creemos que la próxima compra sí nos acercará a la felicidad, ése es el mecanismo.

P: ¿El sistema no llegará a colapsarse?

GR: Tenderá a expandirse más y más a nivel global. A McDonald's todavía le quedan 300 países en el mundo vírgenes. Pronto podremos comer lo mismo en absolutamente todos los rincones del mundo, ver la misma arquitectura y la misma forma de vestir.

P: ¡Qué alegría!

GR: Pero lo más preocupante es que las estructuras de funcionamiento del consumo están calando a fondo a nivel individual.

P: Me está asustando.

GR: Mi último estudio versa sobre cómo la subcontratación de productos está permeando en la vida personal y cómo se dispara su crecimiento. Ya es habitual en Estados Unidos subcontratar servicios que organicen tu boda, eduquen y paseen a tu perro, cuiden tu mente, te asesoren en imagen personal y relaciones, te ordenen los armarios, y se encarguen del ocio y las carencias de tus hijos.

P: ¿Adónde nos puede llevar todo esto?

GR: Al vacío. Esa manera de subcontratar servicios para que nos resuelvan la vida resulta muy atractivo porque nos permite dedicarnos a otras cosas que nos parecen más importantes, pero al final, ¿qué es más importante que ocuparte de ti mismo y de los tuyos?

P: ¡!

GR: Me temo que este vacío nos dejará cada vez más vacíos y sin capacidad para darnos cuenta de hasta qué punto estamos controlados y dirigidos.

P: Este sistema crea seres humanos dependientes, ansiosos y violentos. ¿Le es útil al capitalismo o es un efecto colateral?

GR: Vivimos en la cultura del miedo; miedo de no estar a la altura del resto de los consumidores, así que tendemos a consumir más. Es una cadena: el miedo provoca ansiedad y necesidad, pero el mercado siempre propone soluciones, tenemos todo tipo de fármacos.

P: ¿Estamos ante la globalización de nada?

GR: Sí, productos que nos definen y que se crean en un centro lejano, que son controlados por informes estadísticos sobre las necesidades de los consumidores e idénticos en todas partes. Nada es Coca-Cola, McDonald's y también bolsos de Gucci o gafas Chanel, que son formas de nada muy caras.

P: ...Mientras las tarjetas de crédito den.

GR: La estrategia básica del capitalismo del consumo es hacerte gastar todo tu sueldo. En EE.UU. el promedio de ahorro es de 0%,

P: El sistema quiere endeudados, ¿por qué?

GR: Para que la economía crezca más y más se requiere que tú entres en débito más y más, un sistema tan inestable como un castillo de naipes. En EE.UU. la deuda por tarjeta de crédito, gastos de compras, ha superado a la de vivienda o coche.

GRANDES ESCENAS DEL CINE :CITY LIGHTS,CHARLES CHAPLIN

EL GENIO




Año 1931
Director Charles Chaplin
Guión Charles Chaplin
Música Charles Chaplin
Fotografía Rollie Totheroh & Gordon Pollock (B&W)
Reparto Charles Chaplin, Virginia Cherill, Florence Lee, Harry Myers, Allan Garcia, Hank Mann
Productora United Artists
Género y crítica
Comedia. Romance / SINOPSIS: Un pobre vagabundo (Charles Chaplin) pasa mil y un avatares para conseguir dinero y ayudar a una pobre chica ciega (Virginia Cherill) de la que se ha enamorado.


UNO DE LOS MÀS GRANDES FINALES DE TODO LOS TIEMPOS