viernes, 17 de diciembre de 2010

SOBRE EL POEMARIO "BREVIARIOS" DE ROGELIO BENJAMÍN ALARCÓN





por ESTEBAN QUIROZ


BREVIARIOS. Lustra Editores, Lima, 2010.

Si fueras ave, una pluma caudal te daría el rumbo, pero no garantizaría tu vuelo. Un verso te da vocación sobre la poesía, incluso también la esencia, pero te deja en el limbo sin lograr tomar el suelo de la propiedad.

Breviarios es la respiración de un hombre que camina por el mundo con astillas en el alma. Es un hombre que afirma, niega y se autodestruye. Convoca a Dios, lo niega y arroja al fuego de la impaciencia. Quien afirma que lo ha perdido todo y que nada tiene y por lo tanto queda cero a cero con el destino, es que sabe que el techo ya no es sólo el de su casa. Quien afirma que el cielo es su techo, es que empieza a emplumar otro tipo de alas que lo remontarán a una dimensión diferente.

Si el abismo tiene cuello, la pradera ilusión y la palabra umbral, el ser humano ya no necesita llaves para entrar al desconcierto, ya está en él y de él se vale para tañer el horizonte como un instrumento más. Más que poemario con breves picadas de luz, veo el cuerpo húmedo de la sencillez. Un libro que se halla en tránsito entre la oración, la imprecación y el ruego, no se encuentra de rodillas, porque éstas están en batalla para no terminar sobre ellas.

Breviarios no es un libro sereno ni llama a la contemplación. Es un fulminante permanente que provoca preguntar, porqué esta palabra y no aquella, porqué atiende a sentimientos tan primitivos como el amor y la rabia y no toca la piel de la ciudad que tiene urticaria. Convoca a la rebelión, pero provoca al desaliento. Envía paz a las puertas del infierno, pero la sonrisa entre sus labios nos dice que es humorada que se presta del cielo cuando hay relámpagos que se apagan en su corazón.

Ahora que los gitanos no tienen patria, porque nunca la tuvieron y que sus carpas son el cuerpo del propio viento, diré como colofón que la palabra se aferra a causas que los hombres deben ganar con el enfrentamiento más sencillo que no provoca desapariciones: la batalla de las señas que se ordenan en hojas del alma como pequeños escuadrones de sensibilidad en las fronteras de la brevedad.

Esteban Quiroz ,DE LLUVIA EDITORES