viernes, 6 de noviembre de 2009

CINE CONTEMPORÀNEO:TSAI MING LIANG

EL ANTONIONI ASIÀTICO?


Tsai Ming-liang (Malasia, 1957) es junto con Edward Yang (Yi-Yi) y Hou
Hsiao-hsien (Millenium Mambo) PROTAGONISTAS del cine Taiwanés, y uno de los
cineastas contemporáneos más destacados. Se dió a conocer internacionalmente
al conseguir el León de Oro en Venecia con VIVA EL AMOR- 1994-

Comparado en numerosas ocasiones con maestros como Michelangelo Antonioni
o Andrei Tarkovski por el ritmo pausado y la gran calidad estética de
sus películas, MING-LIANG prefiere acercarse al gran Francois Truffaut -"Él ha creado
su propio mundo, que filma una y otra vez. Él siempre tiene las mismas preocupaciones, que
encuentran una manera de reaparecer en sus filmes”-

Uno de los ejes del cine de Tsai Ming-liang es la ausencia de una
narración clásica o definida, así como la escasez de diálogos: el apoyo en la imagen
es total. Planos largos (se habla de una media de un plano por minuto) y
fijos son predominantes en su cine. El gran realismo de
las imágenes de sus películas se basa en no mostrar solo sucesos
(actos o acciones), sino en mostrar los actos completos y sin complejos,ni tabúes.




Además, nos muestra acciones tan cotidianas pero privadas de la vida
humana como orinar, algo desconocido para el cine.
Pese al citado escaso uso de la palabra, el sonido no es menospreciado en
las películas del director malayo, teniendo éste un papel muy importante
en sus filmes. El ejemplo más claro es EL HOYO( 1998), el la que la lluvia remite
a la situación de terror que puebla a Taipei.
La relación entre Tsai Ming-liang y su actor fetiche, Lee Kang-sheng
(protagonista en todas sus películas) es inevitable. Hsiao-kang (Lee
Kang-sheng), es el alter-ego de Tsai Ming-liang , reflejado
sobre todo en What time is it there? ( 2001). En What
time is it there?, la primera vez que Hsiao-kang mira Los 400 golpes, se
tapa la cara con una almohada, igual que hiciera Antoine Doinel
(Jean-Pierre Léaud) tiempo atrás en aquella. El paralelismo que Tsai
establece aquí entre su propia figura y la de Truffaut es
innegable: ambos han (re)tratado sus propias preocupaciones en un mismo
personaje, interpretado siempre por un mismo actor.
El pasado, muy usual en las películas de muchos directores asiáticos (sin
ir más lejos, en Wong Kar-wai ), se encuentra también en
la obra de Tsai Ming-liang. En What time is it there?, en un intento de
poner todos los relojes de Taipei a la hora de París, Hsiao-kang expresa
una terrible melancolía hacia otra época y otro lugar, ajenos y lejanos,
pero tampoco desconocidos para él . Esta sincronización de relojes es,
a la vez, una gran metáfora del progresivo acercamiento de oriente a
occidente, proceso que se culmina con el cambio de la hora de un gran
reloj situado en lo alto de un edificio.





EL DULCE SABOR DE LA SANDÍA

El sabor de la sandía, séptimo largometraje de Tsai Ming-liang, se puede
definir como una síntesis o reunión de todos los elementos presentes en
sus películas anteriores. Es la continuación argumental de What time is it
there? y The skywalk is gone. Se construye alrededor de una serie de
números musicales tremendamente kitsch, de la misma manera que The Hole,
sirviendo en ambas para la expresión de los estados de ánimo de los
personajes. Aborda de manera directa el sexo, igual que en EL RÍO – 1996-. Y sigue
siendo una especie de ejercicio metacinematográfico-cine dentro del cine- en
la línea de Good Bye, Dragon Inn (Bu San, 2003), pero sin llegar a los
extremos de ésta, en la que el director invitaba al espectador a entrar en
aquella sala de cine que abría las puertas a su última proyección y
observar con él el incierto camino que está siguiendo el cine, a la vez
que era también un tributo a éste.

En El sabor de la sandía Tsai Ming-liang retoma la vida de Hsiao-kang en
el punto en el que la dejó en The Skywalk is Gone, y usa el sexo como
telón de fondo para tratar sus temas ya recurrentes acerca de un mundo
contemporáneo en descomposición e incomunicado. Por esto la falta de agua en la
película simboliza la falta de amor en la gente, algo que el sexo, pese a
que lo pretende, no puede cambiar. Hsiao-kang es ahora actor porno, un
títere de la sociedad,un payaso.




El durísimo final de El sabor de la sandía hace que todas las sonrisas que
pueden haber despertado las partes musicales de la película desaparezcan
de repente. Los últimos minutos muestran el rodaje de una película
porno, y están filmados como si de tal película se tratara, provocando un
gran desconcierto en el espectador. Este final es una explosión,
que puede simbolizar la nada, una vuelta al caos total,
o el principio de una trasgresión, la liberación del amor de una
represión indirecta que ha tomado forma en el colectivo humano. La primera
posibilidad, la opción pesimista, hace de El sabor de la sandía la
antítesis de The Hole. En aquella, el miedo que metaforizaba la constante
lluvia y aquél Taiwán apocalíptico en víspera del nuevo milenio guardaba
un rayo de esperanza, apoyado en los buenos recuerdos, como el de la
cantante Grace Chang. Los protagonistas de El sabor de la sandía no tienen
tales recuerdos, son hijos de una época invisible, en la que la lucha por
el amor se hace prácticamente imposible. Pero quién sabe. Quizás esta
impactante escena es el único momento de luz que atraviesa El sabor de la sandía, y las lágrimas de los personajes principales aparecen para desaparecer por siempre.